
Desde el momento que Raquel se puso en contacto conmigo y me explicó que es lo que tenían en mente para el día de su boda, supe que ese día iba a ser especial.
Recuerdo que me explicaban con ilusión que querían casarse en «El Jardí del Bosc» y que después de mucho buscar, habían encontrado un lugar idílico, que a pesar de no estar acondicionado para ceremonias, lo tenían todo en mente para hacer de ese rincón uno de los sitios más bonitos y auténticos que he visto.
Todo lo que me habían explicado sobre como iba a ser su boda, lo pude visualizar al realizar la visita días antes y en ese momento me di cuenta que no, que no exageraban. Ese lugar parecía mágico, transmitía paz y tranquilidad.




